Reino Unido quiere impedir la compra de medios si perjudica a la libertad de expresión o la pluralidad informativa
El Gobierno británico planea ampliar el marco normativo vigente para bloquear la adquisición de un medio nacional si concluye que generará externalidades negativas en términos de libertad de expresión, pluralidad o calidad de la información.
Así lo señaló recientemente la secretaria de Cultura, Lisa Nandy, que anticipa que con los cambios que quiere impulsar existirá «mayor escrutinio en interés público» de esas operaciones.
En virtud de su cargo, ella está habilitada para intervenir en «fusiones o adquisiciones de emisoras (según lo definido en la normativa Broadcasting Act de 1996), periódicos impresos diarios y dominicales de Reino Unido, y periódicos locales, que principalmente circulan en Reino Unido».
Ese es el texto que actualmente incluye la Enterprise Act (ley de empresas), una regulación de 2002 que Nandy considera desfasada.
En concreto, cree que «la normativa no ha seguido el ritmo de la tecnología y la evolución de los hábitos de consumo de noticias» y por ello se hace necesaria una revisión adaptada a la realidad de que el soporte digital es cada vez más relevante para informarse.
En ese contexto, la reforma que propone serviría al interés de «proteger la disponibilidad de noticias ciertas y de alta calidad, de una variedad de fuentes y asegurando que se mantenga la libertad de los medios».
La actualización de ese marco también abarcaría a compañías extranjeras que poseen medios informativos vinculados a Reino Unido. Nandy puso como ejemplo al HuffPost y a The Independent, que operan bajo un esquema de «asociación estratégica» desde febrero.
El Ejecutivo anterior enmendó con urgencia la misma regulación para impedir que una empresa vinculada a Emiratos Árabes Unidos comprara The Telegraph.
Con este movimiento, el Gobierno laborista de Keir Starmer seguiría la senda del Ejecutivo conservador de Rishi Sunak, al que reemplazó tras ganar las elecciones de julio.
Entre los asuntos pendientes que heredó estaba el bloqueo de la compra de The Telegraph por parte de RedBird IMI, un consorcio apoyado por un fondo respaldado por el vicepresidente de Emiratos Árabes Unidos, precisamente a través de un cambio urgente en la ley de empresas.
Eso es lo que ha hecho que de momento el diario conservador más importante de Reino Unido siga de momento sin nuevo propietario, aunque su revista asociada The Spectator ya fue adjudicada en septiembre al principal accionista de GB News por 100 millones de libras.
via Dircomfidencial https://ift.tt/pBkl4O0