Tácticas de manipulación negativa en comunicación
ARTÍCULO DE MONTSERRAT ARIAS
La comunicación tiene el poder de construir o destruir. En su versión más noble, sirve para informar, inspirar y generar confianza. Pero también puede emplearse para manipular, distraer o confundir. En política, en empresas o incluso en la vida cotidiana, hay momentos en los que el discurso se convierte en un escudo o un arma, y no en un puente. Estas estrategias pueden ser eficaces a corto plazo, pero a largo plazo erosionan la reputación, la credibilidad y el valor más importante en cualquier relación: la confianza.
Por Montserrat Arias, CEO y fundadora de Bemypartner / 25 de noviembre de 2025
Estas son las tácticas más comunes de manipulación negativa en comunicación:
TÁCTICA 1. “Y tú más”
En las acusaciones de corrupción, errores en la gestión o cualquier otro tipo de acusación vemos muchas veces que lo que se hace es señalar lo que hace el otro como peor o como mínimo, igual. Si sale un caso de corrupción, al día siguiente sale otro de la oposición. Porque si todos cometen delitos nadie es delincuente. Si todos somos víctimas nadie es una víctima real. De esta forma, el responsable evita asumir responsabilidades y la víctima ve negada su condición.
TÁCTICA 2. Cambiar el marco de la discusión
Transformar una crítica concreta en un ataque a una causa mayor —“la libertad”, “la democracia”, “el pueblo”— desvía la atención y genera simpatía hacia el acusado. Por ejemplo, cuando se acusa a un político de algo concreto, muchas veces actúan como si se estuviese atacando a la propia democracia o a una determinada clase social en su conjunto.
TÁCTICA 3. Banalización
Restamos importancia al hecho porque siempre nos parece que hay otra cosa más importante. Por ejemplo, cuando hablamos de violencia de género, hay personas que pretenden restarle importancia aludiendo a que “hay más gente que muere de accidentes de tráfico”. Siempre hay algo peor o más importante, negando la gravedad de lo que se expone en ese momento.
TÁCTICA 4. El enemigo externo
Nada une más que un enemigo externo y único. Si hacemos creer que la culpa de todo la tiene un tercero al que, probablemente, deshumanizamos, nos sentiremos mejor, ya que no somos los responsables: es un tercero. Desgraciadamente, esto ha funcionado para dirigir odios contra colectivos específicos. Esta manera de manipular aviva los odios y nunca resuelve los problemas, que suelen ser más complejos.
TÁCTICA 5. Overpromising
Nadie promete más que el que no tiene intención ninguna de cumplir. Luego ya se inventará algo para justificar por qué no puede cumplirlo o incluso negará haberlo prometido –incluso estando las declaraciones grabadas–. Lamentablemente, ocurre mucho, y debemos desconfiar de quien viene con recetas fáciles para problemas complejos.
TÁCTICA 6. Cortina de humo
A menudo vemos que, cuando hay un caso de corrupción o un tema negativo, se busca que otras noticias lo tapen y quede en el olvido. Esto, si es evidente, se puede volver en contra. Muchas noticias que saltan en un determinado momento no son fruto de la casualidad, sino que tienen por objetivo hacer olvidar otra noticia.
TÁCTICA 7. Victimización del culpable
El culpable se presenta como víctima. Hacerse la victima para despertar empatía es un clásico de la falta de asunción de responsabilidades. Todo puede parecer una conspiración contra ti, todo es inventado y un ataque. No solo no eres responsable, sino que eres la víctima.
TÁCTICA 8. Matar al mensajero
Muchas veces, los medios de comunicación son culpados de las crisis y casos de corrupción. Por ejemplo, los medios fueron acusados tanto de alarmistas como de falta de información durante la pre y la post pandemia por la Covid-19. Las personas que parecen enfadadas con los medios o con las personas que ponen en alerta de los problemas son las que prefieren vivir engañadas.
TÁCTICA 9. Minimizar con el lenguaje
El uso de lenguaje puede difuminar la gravedad de los hechos. A menudo, cuando un tema es polémico y el uso del lenguaje puede dejar patente su gravedad, utilizamos un lenguaje diluido y “alejamos” lingüísticamente el problema. Por ejemplo, en el caso del crimen cometido por Daniel Sancho Bronchalo, vimos como algunas personas o medios hablaban “de lo que le había pasado a este chico”. Es decir, no solo no mencionaban el crimen, sino que hablaban de ello como algo “que le había sucedido”, marcando una distancia.
TÁCTICA 10. Reconocer una parte y negar la mayor
Un cierto reconocimiento de parte de nuestros errores nos daría credibilidad y nos alejaría de la responsabilidad máxima, presentándonos de forma falsa como reconocedores de nuestra responsabilidad. Esto nos aporta seriedad cuando en realidad estamos negando la responsabilidad principal.
La comunicación ética no consiste en esconder la verdad, sino en gestionarla con responsabilidad. Manipular puede ofrecer un alivio inmediato, pero destruye la confianza a largo plazo. En un momento donde la verdad compite con la narrativa, la autenticidad sigue siendo la herramienta más poderosa de influencia.
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